Llega septiembre y es momento de repasar lo que hemos hecho este verano. Es tiempo de descargar las fotos que continúan almacenadas en la cámara, en esa tarjeta de tropecientos gigas que nunca terminamos de borrar del todo....
Suerte que a Paco le regalaron esta maravillosa Canon Eos 50 antes del verano, réplica de la que guarda en casa, para poder disfrutarla a gusto. Seguro que no lo olvidará jamás, y al recordarla esbozará, quizá, una sonrisa.
Este es uno de esos casos en los que la fría tecnología se transforma en cálido placer para los sentidos. Quizás no consta de muy altas prestaciones, pero su apariencia y sabor hacen de ella la alternativa más apetecible: Una deliciosa cámara digital reflex con cuerpo de chocolate recubierta de dulce pasta de azúcar, sobre álbum fotográfico de misma composición (Ummmm....)
Como podéis ver no le falta detalle: la última foto tomada (una magnífica captada por el propio homenajeado), la correa de sujeción, el display superior, el adaptador de flash, el objetivo... Una réplica exacta del original, pero mucho más jugosa.
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